sábado, 2 de enero de 2010

Capítulo tres:

CEER ES LA CLAVE


“Cuando crees en algo, hazlo sin dudas ni fisuras”
Cuando Walt Disney no era más que un niño, su familia dejó Chicago para instalarse en una granja de Marceline (Missouri) situada unos 150 kl de Kansas.
La vida en el campo es dura y agotadora, en esa edad un chico siempre tiene mil cosas que hacer, algo que no ha cambiado el tiempo .Después de limpiar el establo o recoger manzanas, el joven Walt solía tumbarse sobre la hierba para contemplar el cielo de Missouri y observar los insectos, mariposas que revoleteaban a su alrededor a su alrededor. Estos recuerdos le acompañaron durante toda su vida.
Durante esos primeros años que pasó en un entorno rural, se forjaron los valores y las creencias que guiarán toda su vida y de los que nunca se apartaría. Su amor por la naturaleza, plasma de forma magistral en sus numerosas películas de animación y con personajes de carne y hueso, sin duda una herencia de esa época; así como también los sólidos valores familiares que hoy constituye la base de Walt Disney Company.

Si llevamos este razonamiento un poco más lejos, podemos añadir que si hay que “ver para creer”, el éxito sin parangón de Walt Disney Company es la prueba definida del poder que tiene que creer ciegamente en algo. No obstante y como bien saben los clientes, para alcanzar el éxito hay que fijar un conjunto del personal de valores claves.

La fuerza de unas creencias firmes
En las primeras creaciones con Mickey era demasiado atrevido y a veces incluso descarado. Sin embargo pronto se dio cuenta que ese comportamiento no era apropiado, si quería captar a un público de todas las edades .El ratón tiene que reflejar los sólidos valores por los que se regían sus lectores. Así pues decidió introducir la honradez, la honestidad, la lealtad y el respeto por las personas como individuos en la esencia del personaje de Mickey, exactamente los mismo valores que aplicaría en su empresa.
“Los valores clave aportan creatividad al proceso”
Afirma Meter Dame, presidente del departamento de animación. Esté es el planeamiento de Disney Company. Por ello la primera fase de todos los proyectos, ya sean de cine o de otro tipo, consiste en determinar el valor principal que se va a promover. En la producción de El jorobado de norte Dame , por ejemplo, el equipo creativo decidió , después de muchas discusiones y un profundo ejercicio creativo de introspección, que el valor principal de la historia sería aprender a valorarse. Antes de continuar adelante tenían que ponerse de acuerdo en este principio.
Estamos totalmente convencidos de que lo fundamental no es renunciar a los valores si queremos que una empresa llegue a la cima. Lo importante no es tanto el contenido de esta ideología como la posibilidad de lograr expresarla y aplicarla de una forma coherente.
Si queremos ofrecer los mejores productos o servicios a nuestros clientes no basta con infundir unos determinados valores; es importante aprender a ver cuándo hay que anteponer un valor a otro.

Formalización de las Creencias

Con el fin de infundir sus creencias y su visionaria determinación a los empleados de todos los niveles, Walt Disney creó un clima que era casi de culto. Su apasionada creencia en la necesidad de imprimir una cultura corporativa desembocó en un programa de información reglada, conocido también como la Universidad Disney.
Walt quería que todos los miembros del equipo hicieron suyo el principios de tratar a los clientes con cortesía, como si fuera sus propios invitados.”Les digo a los agentes de seguridad, comento una vez que no deben considerarse policías. Están aquí para ayudar a la agente. No cabe duda de que crear una fuerza de seguridad y formar a los agentes en los valores y las creencias de la empresa sale más caro que externalizar el trabajo, aunque las consideraciones económicas queda en segundo plano cuando se trataba de tener certeza de que todos los empleados actuaría con la máxima cortesía.







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